A continuación, para responder a estas dudas, ponemos algunos ejemplos (pocos en realidad) de las diferentes toxinas disueltas en el ambiente que bien podemos estar aspirando en este preciso momento:
Monóxido de carbono: Producto de la combustión incompleta. Es peligroso para nosotros puesto que se fija en la hemogoblina de la sangre, impidiendo el transporte de oxígeno en el organismo. Por eso a veces, cuando corremos, sentimos que nos cansamos muy rápido y que nos "falta el aire".
Producido principalmente por los motores de automóviles y suele darse en zonas muy urbanizadas.
Dióxido de carbono: Se produce a través del usto de carburantes fósiles (petróleo) comof uente de energía y es el causante del incremento de temperatura, llámese efecto invernadero.
Monóxido de nitrógeno: Se produce por la quema de combustibles fósiles (gasolina y diesel), se convierte rápidamente en dióxido de nitrógeno y, posteriormente, en ácido nítrico, produciento así la lluvia ácida que puede ser nociva para la salud y afecta a los cultivos de las afueras de las ciudades.
Dióxido de azufre: Se obtiene de la combustión del carbón que contiene azufre y se convierte en ácido sulfúrico, un componente de la lluvia ácida.
También ataca materiales de construcción que contengan piedra caliza, mármol o minerales carbonatados, formando sustancias solubles en agua que afecta la integridad de edificios y esculturas, haciéndolos susceptibles a derrumbes o destrucción.
Metano: Es un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. También puede ser nocivo para la salud provocando dificultades para respirar.
Ozono: El ozono es un constituyente natural de la atmósfera, pero cuando tiene una gran concentración se le considera un gas contaminante. Suele afectar a las plantas y en el humano causa irritación de las fosas nasales y garganta así como sequedad de las mucosas de las vías respiratorias superiores.
¡OJO!
A menudo los primeros efectos perceptibles de la contaminación no son necesariamente peligrosos. Entre los efectos se incluye:
- Disminución de la visibilidad.
- Malos olores (como de huevos podridos)
Y entre los más graves pueden estar:
- Problemas respiratorios
- Toxinas en la sangre
- Muerte
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