lunes, 16 de mayo de 2011

El agua no se acaba, ¡pero se contamina!

Los ríos, mares, lagos, lagunas y arroyos, en fin, todos los cuerpos marinos suelen ser depositarios desde tiempos inmemoriales de los desechos humanos.
Y es que es muy fácil deshacerse de algo cuando uno sabe que la corriente lo arrastrará y probablemente no lo volveremos a ver jamás y lo damos por desaparecido. Sin embargo, y para desgracia del medio ambiente, el objeto no desaparece, sino que queda como un terrible contaminante de las aguas y zonas marinas.
Gracias a la contaminación, el agua sufre una serie de alteraciones físicas y químicas las cuales pueden ser visibles, pero en ocasiones, apenas nos damos cuenta y es cuando nuestra salud se ve afectada.
Las próximas sesiones de ésta semana las dedicaremos a informar sobre la contaminación y cuidado del agua, un elemento esencial para la vida en el planeta. Así que a continuación, y para iniciar con nuestra semana del agua, presentamos una lista con algunas modificaciones físicas que pueden sufrir los cuerpos marinos gracias a la acción de la basura sobre ellos:

Color: Es importante saber que el agua limpia puede tener tonos verdosos o rojizos por los diferentes químicos naturales que tiene, asímismo, por los alrededores. Así que, en realidad, no es posible determinar el nivel de contaminación a partir del color que pueda presentar. En todo caso, será necesario considerar los siguientes aspectos para determinar la afectación de una zona.

Olor y sabor: Compuestos químicos como fenoles, diversos hidrocarburos, cloro, materias orgánicas en descomposición o sales pueden darle al agua olores y sabores muy fuertes, aunque se encuentren en pequeñas cantidades.

Temperatura: La temperatura óptima del agua debe estar entre 10 y 14º C. Cuando ésta se eleva, se disminuye la solubilidad de los gases y sales, y aumenta los procesos de putrefacción. Usualmente se da cerca de centrales nucleares y térmicas.
Radiactividad: Las aguas naturales tienen niveles de radiactividad, los cuales pueden ser acrecentados por contaminar el agua con isótopos radioactivos.

Espumas: Los detergentes producen espumas y añaden fosfato al agua. Disminuyen el proceso autodepurador de los ríos.

Conductividad: El agua pura tiene una conductividad muy baja, y tiene iones disueltos y su conductividad es mayor conforme a la cantidad de electrolitos (ácidos, bases o sales). Por eso, se utilizan los niveles de conductividad para determinar el nivel de contaminación y sustancias disueltas en el agua.

Próxima sesión: alteraciones químicas.
CUIDA EL AGUA

No hay comentarios:

Publicar un comentario